Duración
60 minutos
VibraMUS es una propuesta artística, pedagógica y social organizada por el Museo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife, que este año cuenta con la dirección artística y la producción de la Asociación Tinerfeña de Amigos de la Música, ATADEM. Combina la celebración de conciertos de música de cámara para público general con la organización de visitas pedagógicas de mediación comunitaria dirigidas especialmente a colectivos vulnerables de nuestro municipio.
Con este programa se quiere ofrecer una nueva experiencia en el Museo, promoviendo el acercamiento de los ciudadanos a las exposiciones y a los fondos del mismo desde una nueva perspectiva: la musical.
Título concierto: Tocatas en cuerda pulsada. Del siglo XVI al XVIII
Programa
Juan Ambrosio Dalza (¿?-1508)
Pavana alla venetiana
Vincenzo Capirola (1474-1548)
Padoana alla francese, n º 2
Juan Ambrosio Dalza
Calata ala spagnola ditto terzetti
John Dowland (1563-1626)
Preludium
Lachrimae Pavin
Luys de Narva%u0301ez (1530-1550)
Fantasia dal quarto tono
Cancio%u0301n del Emperador
Francesco da Milano (1497-1543)
Recercar nº 41, dal quinto tono
Luis de Milán (ca.1500-ca.1561)
Fantasía I
Anónimo
Le Rossignol
Enrique Valderrábano (c.1500-c.1557)
Et in spiritum sanctum
Francesco da Milano (1497-1543)
Spagna
Charles Mouton (1626-1710)
A Mallassis, sarabande
E Dialogue des Grâces sur Iris, allemande
Alessandro Piccinini (1566-1638)
Tocatta XXIV
Interpretes
Carlos Oramas, vihuela y archilaúd
Liana Llauger Luis, vihuela y laúd
Gustavo Navarro, vihuela y laúd
Sinopsis
El barroquismo de las columnas del artista Juan de Miranda (1723-1805), en su obra Expulsión de los mercaderes del Templo bien nos puede ayudar a entender el concierto de esta mañana, el primero de este nuevo ciclo creado para vibrar con Música en nuestro Museo de Bellas Artes; una experiencia sinestésica garantizada.
En el período de la Historia de la Música que se extiende entre la polifonía y la melodía acompañada, los instrumentos de cuerda pulsada tuvieron un papel protagonista determinante. El laboratorio cultural revolucionario que supuso la transición del Tardorrenacimiento, también reconocido como Manierismo en pintura, al primer Barroco está lleno de significaciones contrarreformistas que continuaron en el siglo siguiente con el Barroco Pleno, prolongándose hasta el siglo XVIII como Barroco Tardío.
Las tabulaturas del siglo XVI, con las primeras reducciones para laúd o vihuela, consiguieron que la intrincada polifonía, a varias voces, se interpretara emulando el canto de órgano, como si varias voces cantaran cada una su línea vocal, con un solo instrumento. Este adelanto técnico -muy hispano-, abrió el camino para la acórdica forma de acompañar las voces en poco tiempo. La arraigada costumbre polifónica entraría en transformación con la Contrarreforma, generando otros géneros musicales y continuando con su natural proceder sin que la cuerda pulsada, por sumarse al bajo continuo para conducir ahora una melodía, abandonara el carácter del puncto contra puncto, incluso hasta las fugas bachianas, sobrepasando los tiempos de Juan de Miranda. Todo este proceso fue paulatino, nunca rupturista; al contrario, sincrético y generador, desde la tradición, creando otras formas de hacer arte.
Tanto la música como la pintura son dos grandes ejemplos de estas transiciones y sus prolongaciones en las centurias. Pensemos por unos minutos en el cuadro: temporalmente está inscrito entre 1780-1790, diríamos neoclásico, por la cronología. Sin embargo, es un óleo sobre lienzo, es decir, pintado sobre un soporte renacentista, pero reinterpretado según los gustos de la época. Ésta es la forma en la que construimos nuestra historia cultural, sin caer en el riesgo de fijar la atención en los historicismos, lo que puede hacernos perder la perspectiva contextual de la creación, llegando incluso a segregarla de la tradición generadora. En la etapa en que ubicamos la obra de Miranda o las composiciones de Mouton o Piccinini, todos los maestros enseñaban a sus discípulos con los rudimentos de la tradición inveterada.
En palabras de Margarita Rodríguez, «Miranda vino a oxigenar la pintura de Canarias tras cultivarse en la Península»; a lo que deberíamos añadir que la estructuró sobre el clasicismo barroco, las técnicas y los recursos que conocía, generando una obra novedosa, de la misma manera que los compositores de la época tomaban del pasado sonoro motivos, ritmos y tiempos que adecuaban a los gustos del momento de la composición para aumentar el catálogo musical.
Duración aproximada 60´
Edad recomendada: A partir de 8 años